Una tarea dura pero imperativa

2022-01-01 16:41
今日中国·西班牙文版 2021年1期

EL pasado 22 de noviembre, en el Evento Paralelo “Salvaguardar el Planeta” de la Cumbre del G20 de Riad, el presidente chino, Xi Jinping,indicó que la Tierra es nuestro hogar común, por lo que debemos actuar a la luz del concepto de la comunidad de destino de la humanidad y enfrentarnos juntos a los retos climáticos y ambientales, a fin de proteger este planeta azul.

El 16 de noviembre, en el Foro de Alto Nivel de Cooperación Verde China-Unión Europea(UE), funcionarios de alto nivel, expertos en los campos relativos y ejecutivos empresariales de China, Alemania, Dinamarca, entre otros países y organizaciones, iniciaron un diálogo en línea bajo el tema de “construir un motor verde China-UE y ayudar a la recuperación económica global después de la pandemia”.Los participantes indicaron que China y la UE tienen un gran potencial para la cooperación en el campo del desarrollo verde y el cambio climático. Las dos partes deben aprovechar al máximo las ventajas complementarias en lo relativo a la tecnología, la manufactura y el capital, y buscar el desarrollo económico sostenible a través de la cooperación verde.

China siempre ha tomado el impulso a la economía verde, circular y baja en carbono como una medida estratégica para la construcción de una civilización ecológica y el desarrollo sostenible de alta calidad. A partir del XII Plan Quinquenal (2011-2015), China ha reducido el consumo de energía y la emisión de carbono por unidad del PIB, y ha mejorado la estructura energética, elevado la proporción de energías no fósiles, ajustado la estructura industrial, aumentado las existencias forestales, entre otras metas, además de proponer una serie de objetivos, como alcanzar el máximo de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030.

En la última década, China ha impulsado la aceleración de reconversión hacia una sociedad verde y de bajo carbono a través del ajuste constante de la estructura industrial, el mejoramiento de la estructura energética, la elevación de la eficiencia en el uso de energía y recursos, el aumento del comercio de carbono forestal, etc.Hasta 2019, el PIB de China se había aproximadamente cuadruplicado en comparación con el de 2005, mientras que el consumo de energía por unidad del PIB se había reducido en un 42,6 % y las emisiones de dióxido de carbono habían disminuido en un 48 %, superando la meta establecida en 2009 de un 45 %. Durante el mismo período, el consumo de carbono se logró reducir de un 72,4 % a un 55,7 % y la proporción de energía no fósil en la energía primaria se había elevado de un 7,4 % a un 15,3 %. La calidad del aire y el medio ambiente ha mejorado enormemente, lográndose la desvinculación entre el desarrollo económico y las emisiones de carbono.

Sin embargo, al ser el mayor país en vías de desarrollo y uno de los emisores principales de carbono, costará pasar del máximo de emisiones a una emisión cero en 40 años, lo cual requiere el arduo esfuerzo de toda la sociedad.China enfrenta tres retos: primero, la industria manufacturera todavía se encuentra en una gama media y baja de la cadena internacional de valor industrial; segundo, la proporción del consumo de carbono todavía es relativamente alta, por encima del 50 %, y la emisión de dióxido de carbono por unidad representa un nivel aproximadamente del 30 % más alto que el promedio mundial; tercero, el consumo de energía por unidad del PIB sigue siendo 1,5 veces más que el promedio mundial.

El objetivo de China de alcanzar la neutralidad de carbono antes de 2060 va más allá de la meta establecida por el Acuerdo de París de conseguir la neutralidad de carbono a nivel mundial entre 2065 y 2070, limitando el calentamiento global a un nivel por debajo de los 2 °C, lo cual probablemente acelerará la neutralidad de carbono global entre cinco y diez años, y jugará también un papel clave en la promoción de la gobernanza climática global. China se adapta a una tendencia global de desarrollo verde y de bajo carbono, y se traza como objetivos llegar a un máximo de emisiones de dióxido de carbono y luego a una neutralidad de carbono, con lo que emite una señal política clara a toda la sociedad nacional e internacional.